Gracias.
Fuiste la sangre de mi cambio
y mis ganas, el corazón.
Gracias.
Gracias por las caricias nunca dadas.
Gracias por tus besos perdidos
entre cientos de kilómetros.
En definitiva gracias por impulsarme a cambiar.
'Cambio'
Cuantas opciones abarca esta palabra.
Enseguida se anega tu mente
con miles de preguntas, con miedo.
¿Será bueno o malo?
Lo único que sabes es que
la sangre empuja por una utopía
en una única dirección.
Que no tiene otra meta, que va directa,
al corazón.
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